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sábado, 9 de mayo de 2009

EL TRABAJO DE RESTAURACIÓN (II)

En los trabajos de restauración en gran escala (tallas, tronos, enseres, edificios, cuadros, etc.) el restaurador se enfrenta a muchos retos, principalmente a un dilema principal: Restaurar o modificar.
Restaurar sería volver a poner como en su origen, arreglando desperfectos o haciendo resurgir partes que habían quedado ocultas. Modificar sería cambiar el aspecto de la obra restaurada, bien por criterio propio o por deseo de la persona o personas que encargan la restauración.
En los últimos tiempos y en el mundo de las cofradías tenemos claros ejemplos de este tipo de alteraciones, que, al devolver su aspecto original han cambiado la fisonomía de la obra restaurada (Cristo de Animas de Ciegos, Santo Cristo de la Salud, Fachadas de las iglesias del Sagrario y de Santiago, etc.) Y también algunas modificaciones (Virgen de Gracia del Rescate (1982) o más recientemente el rostro del Niño Jesús de María Auxiliadora).
Por lo que a mi respecta y en mi propia materia también he realizado algunas modificaciones y restauraciones en algunas piezas, algunas para dejarlas con su aspecto original y otras para adaptarlas a nuestros tiempos. Principalmente, las adaptaciones son porque, al igual que las ciudades y las personas evolucionan tanto en aspecto como en progreso con el devenir de la historia, las miniaturas, que desde su creación fueron concebidas como algo dinámico y por lo tanto sujeto a cambios y evoluciones, también han debido ir cambiando.
Desde el punto de vista estético, hay que decir, después de los años en que todas las piezas estuvieron guardadas, había que devolverles el aspecto original y en atención a algunas cosas, principalmente las representaciones de Sagrados titulares, ha sido y es mi criterio, el hacer que la verosimilitud con el original sea la más adecuada, para ello no he dudado en adaptar facciones, rasgos y posturas a fin de conseguirlo. Ese criterio ya lo seguí, guiado por Eloy, cuando en 1994 se modificó la figura del Cautivo para adaptarla al mecanismo que iba ha hacer el movimiento de la túnica, de la figura original de plomo completa, se dejó solamente el tronco desde la cintura hacia arriba y la cabeza. del tronco para abajo se hizo una túnica de tela que cubría los alambres del mecanismo que haría el característico movimiento de la túnica cuando avanzaba el trono. Como de lo que se trataba era de dar mayor autenticidad , también modifiqué las manos de la figura y el rostro dándole rasgos similares a los de la imagen original.
Cuando en el último año me enfrenté a la restauración de los tronos del Cristo de los Estudiantes, del Cristo de la Buena Muerte y del Sepulcro. Observé que además de la suciedad y de la pérdida de parte de la pintura y policromía de las figuras, los rasgos y elementos de las mismas no eran muy acertados. Quizás se tratase de un exceso de celo por mi parte dada mi condición de miniaturista y de esa especie de fijación por la perfección casi enfermiza que me caracteriza, no quiero con esto menospreciar en absoluto las figuras creadas por Jesús Arroyo y Jacinto Ruiz del Portal, que dicho sea de paso tienen una excelente calidad, pero en lo que respecta a los titulares de las cofradías eran manifiestamente mejorables, pues partían de una figura original de plomo estandarizada a la que después se les hacían algunas modificaciones. Durante años estas figuras se expusieron sin que nadie notase nada, pero como digo, movido por mi afán de "rizar el rizo" dotando a las miniaturas de la mayor perfección posible, me puse a hacer las modificaciones de estas figuras.





Restauración del Cristo de Estudiantes. (Obsérvese el aclarado de la policromía para adaptarla a la realidad de la imagen auténtica)

Proceso de restauración de la figura del Cristo de la Buena Muerte, añadido de la corona de espinas carente en la figura original.



Añadido del "Titulus" desaparecido en la figura original


De otra parte, como ya he mencionado, las miniaturas se adaptan a los tiempos y algunos personajes o autoridades cambian, por ello también se han realizado nuevas figuras (adaptaciones) para hacer al Sr. Obispo (En las miniaturas teníamos a D. Ramón Buxarrais y hubo que cambiarlo por D. Antonio Dorado y ahora tendré que cambiarlo por D. Jesús Catalá). También hubo que adaptar la figura del Rector de la Universidad para hacer la de Dª. Adelaida de la Calle la actual Rectora (Figura que preside el cortejo de la cofradía de Estudiantes). Otros cambios son evolutivos, si bien allá por los 90 del pasado siglo era común ver a muchas personas paseando con los radio-cassettes de los coches bajo el brazo para evitar robos, ahora es imposible concebir una ciudad en la que no haya un "ejército" de personas hablando por el móvil. (otra de las aportaciones a esta pequeña ciudad que también cambia y evoluciona).
¡ATENCIÓN!:
La pregunta efectuada en la entrada interior sigue sin ser contestada. No creo que sea muy difícil la respuesta y por eso la voy a mantener una semana más.
¿Qué conocido barrio de Málaga ya desaparecido, estaba representado en las Miniaturas?
Creo que no es difícil, pero por si acaso, aquí van algunas pistas: En las miniaturas fue inaugurado en 1991. En la última Feria Cofrade fue representado con un fondo pintado en una de las Maquetas. Antes de su desaparición en la realidad fue proyectada su rehabilitación para dar albergue a una serie de talleres artesanales, pero el proyecto no prosperó. En la actualidad en su lugar hay un túnel y un museo.
Creo que no hacen falta más pistas. Animarse a contestar.

2 comentarios:

Pepe Percheles dijo...

Yo, desde mi humilde opinión y que no tengo conocimiento alguno sobre arte, aunque si soy un aficionado, creo que cualquier elemento artístico debe ser restaurado devolviendo su imagen original en la medida d elo posible, a no ser ue dicho elemento sea de escasa calidad, en tal caso cualquier mejora sera bienvenida. Aún así cualquier elemento complementario que no afecte a a imagen original y pueda ser retirado en cualquier momento sin dañar el elemento original también lo veo bien.

Saludos.

Enrique Godino Sánchez dijo...

Estimado Pepe López:
Gracias por expresar tu opinión y participar en mi blog. Estoy perfectamente de acuerdo contigo acerca de las restauraciones de caracter general, pues pienso que el desarrollo de las mismas es un ejercicio de responsabilidad tanto por parte del restaurador como por parte de quien encarga dicha restauración. En mi caso concretamente la variación de algunos elementos, sean del tipo que sean, no va a variar en absoluto la concepción de la obra, como ejemplo, comentar que en la restauración de la fachada de la Catedral, observé la falta de ciertos elmentos decorativos bastante relevantes y que añadí para la exposición de la pasada Feria Cofrade, pero que durante los años que la Catedral estuvo expuesta desde 1987 hasta 1995, nadie fue capaz de apreciar.