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sábado, 20 de noviembre de 2010

PROMESAS ¿QUE PROMESAS? (Crónica de un almuerzo "fantástico" (*)

(*) "Fantástico" según el diccionario en su primera acepción: Quimérico, fingido. Segunda acepción relativo a la fantasía. de Ahi derivan: Fantasioso, Fantasma, Fantasmón,... es decir, todo lo relativo a la ilusión o a lo ilusorio (Creo que es necesaria la aclaración)

Como había dicho en una entrada anterior y creo que es justo que os lo cuente, se trata del famoso almuerzo al que fue invitado Eloy junto con otra persona (yo) a la que al final olvidaron a propósito.

A la firma del acuerdo de cesión, el sr. alcalde de Torremolinos y cuando lo de las fotos, invitó a Eloy a un almuerzo que por motivos de agenda (este buen hombre parece que la agenda la tiene siempre muy "apretada", supongo que eso va con el cargo,) no podían tener en ese momento. Recuerdo perfectamente que le preguntó quien le acompañaría a ese almuerzo, (en ese momento me encontraba situado entre los dos a un metro escaso de distancia) Eloy se volvió a mi y dijo : -"Enrique me acompañará al almuerzo, él es el restaurador". Ni que decir tiene que el alcalde elogió mi trabajo y estuvo largo rato "echándonos flores" a los dos e incluso se interesó por el resto de las piezas de la colección, entrando conmigo y atendiendo a mis explicaciones en el almacén donde se encontraban esas piezas mostrándose en todo momento muy correcto y afable e incluso hizo algunos comentarios jocosos (¿Quién podía pensar en aquel momento que después las cosas iban a estar como están?).

Fue pasando el tiempo y la invitación como tantas otras cosas cayó en el olvido, hasta que Eloy, en vista de que las Miniaturas las habían trasladado al pasillo del sótano, el taller se había llevado a unas habitaciones sin ventilación y sin cerradura y ya para colmo se había parado la restauración mandándome a hacer otras cosas dentro del Palacio además también de haber prescindido de mis servicios en alguna ocasión. Por tanto decidió enviarle una carta bastante escueta al alcalde. Esta venía a decir: "Si no se respeta el acuerdo procederé a retirar las Miniaturas". Entonces fue el alcalde y se acordó del almuerzo (cabe preguntarse si se hubiera acordado de no haberle escrito Eloy).


La invitación fue una llamada del director del Palacio a Eloy citándolo para el evento. Pero he aquí que la invitación era incompleta. Es decir, el alcalde en su día y como ya he comentado nos había invitado a los dos pero en el momento de hacerla efectiva solo querían a Eloy. Evidentemente yo no era más que un empleadillo que además daba casi a diario la tabarra para que les prestaran a las Miniaturas la atención que merecían y merecen y no estuvieran en el pasillo del sótano expuestas a cualquier cosa. Por tanto mi presencia en ese almuerzo podía resultar molesta, de modo que le indicaron a Eloy que iría él solo, a lo cual respondió que le parecía una falta de respeto el que yo no asistiera cuando se nos había invitado a los dos, respuesta: silencio, sonrisas forzadas y cambio de tema de conversación. Esta misma circunstancia se la comunicó al alcalde durante el almuerzo (yo no estaba pero Eloy me lo dijo) indicándole que si el especialista era yo debían contar con mi opinión y que no le parecía correcto que no estuviese presente cuando en su día también se me invitó. A todo esto debo decir que el único que hubiese conseguido que fuera a ese almuerzo hubiese sido Eloy, de otra parte si la invitación a mi persona hubiese sido ratificada por el alcalde o el director me hubiese negado en redondo. Yo no soy de los que se deja deslumbrar por fastos y esta deseoso de que lo inviten a comer en lujosos restaurantes, rodeado de personas "importantes". Prefiero comerme una lata de sardinas sentado en el bordillo de una acera, acompañado por alguien cuya importancia reside en su sinceridad, lealtad y fidelidad a su palabra aunque no tenga donde caerse muerto antes que aceptar la invitación de quien a diario te ignora y te considera de menor categoría simplemente por ser su empleado (esto lo digo y ratifico todas las veces que haga falta pues lo he padecido durante mi trabajo en la restauración y en otras cosas). Además estoy seguro de que ambos sabían que a mi no se me conquista con zalamerías y promesas falsas nacidas únicamente de la conveniencia del momento y encaminadas a impedir que Eloy cumpliese lo que ponía en su carta: la retirada de las Miniaturas. Esto no lo digo por decirlo, Eloy me comentó lo que le dijeron en el almuerzo (Después podréis juzgar si yo tengo razón o no al decir lo que digo) : -"Se le está buscando un sitio para la exposición permanente, los trabajos de restauración van a continuar y tú (yo) vas a continuar trabajando en ello hasta que se inaugure el museo y me han dado garantías de que esto va a ser así" (sic.). Esto es lo que me dijo Eloy (al que volvieron a ilusionar con el proyecto) al día siguiente del acontecimiento (mayo de 2008). Desde entonces ha llovido bastante y por lo pronto no se ha cumplido nada de lo que prometieron. Claro, que luego es muy fácil culpar de lo que pasa a la crisis como ya se ha visto en anteriores entradas. Crisis que hay para unas cosas , pero que para otras parece que ni siquiera existe. En definitiva y parafraseando al Quijote: "Con la política hemos topado amigo Sancho".

Otra de las razones por la que, se me ocurre, hicieron a Eloy acudir solo, era porque así, al encontrarse en inferioridad, sería más facilmente influenciable, como así sucedió. Si yo hubiese estado presente la cosa hubiese cambiado pues ante las promesas mis preguntas hubiesen sido claras y contundentes : ¿por qué están las Miniaturas en un pasillo de un sótano sin garantía alguna de seguridad de las mismas? (pregunta que repetía casi a diario pidiendo, por favor, un lugar donde almacenarlas, a salvo de incidentes) ¿dónde se van a exponer y cuándo? y por supuesto no hubiese dejado que las respuestas a estas preguntas hubiesen sido ambiguas o peregrinas, tenían que haber respondido concretando lugar y fecha. Seguramente si esto hubiese sido así, Eloy no se hubiera dejado influir y se hubiese mantenido en su propósito de retirar las Miniaturas, pues estoy seguro de que nunca hubiesen concretado las respuestas (estamos a la fecha en la que estamos después de la cesión y aun no han dicho nada al respecto, ni creo que lo digan).

Pero no desesperemos, las elecciones municipales están ahí a la vuelta de la esquina y seguramente oiremos alguna promesa relacionada con la Miniaturas, pues de todos es sabido que cuando llega el periodo electoral los candidatos sean del signo, partido, agrupación, coalición... que sean lanzan su batería de promesas para engatusar cual "flautista de Hamelin" a su posible electorado que sigue su "melodía" sin pensar, hasta que cuando todo el proceso electoral ha acabado vuelven a la realidad y se dan cuenta de que prometer es muy fácil, lo difícil es tener la palabra suficiente para cumplir lo que se ha prometido.
Nota: Aclaro que desconozco en líneas generales la gestión de Pedro Fernández Montes al frente del Ayuntamiento de Torremolinos, pero por lo que sé la mayoría de la gente parece estar muy satisfecha con las cosas que hace por el municipio. (al no ser ciudadano de Torremolinos esa gestión me resulta indiferente) Mi crítica es solamente por lo que me toca directamente que son las Miniaturas y por la forma que ha tenido y tiene de llevar ese asunto.

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