Desde siempre, en la labor del maquetista ha estado presente el tema (tan de moda ahora) del reciclaje. Es decir reutilizar cosas inservibles convirtiendolas en útiles. Eso me ha dado a pensar que los primeros ecologistas fuimos los que nos dedicamos a la confección de maquetas (je,je). Bromas aparte, lo que me ha llevado a escribir esta entrada es la cantidad de cosas reutilizadas que de otro modo hubiesen terminado en la basura y quien sabe si contaminando algo. Como ejemplo, y como en casi todos los grandes descubrimientos las cosas suceden por accidente. Cuando en el año 1993 estábamos confeccionando las barras de palio del paso (trono) de Nuestra Sra. del Mayor Dolor y Traspaso que acompaña a Jesús del Gran Poder de Sevilla para la exposición que se celebraría en dicha capital al siguiente año por invitación de su entonces alcalde D. Alejandro Rojas Marcos. El problema que se nos planteaba era realizar el labrado de dichas barras, pero la aplicación de cualquier tipo de masilla sobre la barrita metálica de apenas tres milimetros de grosor, la engordaba en exceso y no se ajustaba a las proporciones, por otra parte si se hacía en una barrita más delgada, esta era demasiado frágil y muy dificil de conseguir. Recuerdo que Antoñito (Antonio Henares), el cual se estaba encargando de la estructura del tronito entró en el taller de la optica de Trinidad Grund para explicarle a Eloy el problema que teníamos, sujetando dos barritas en las manos. Ese día se estaba procediéndo a limpiar el depósito de los sedimentos de las máquinas de cortado de cristales del taller. Este depósito era un cajón grande de PVC que se encortaba bajo las máqinas y donde se depositaba la escoria de las lentes cuando se tallaban ya que las máquinas trabajaban con agua y esta escoria no podía, ni puede ir al alacantarillado, por eso se depositaban en este cajón. Al entrar una de las barritas, se cayó directamente dentro del depósito de los residuos. Antoñito metió la mano para sacarla y al hacerlo, el polvo de vidrio se había pegado a la barra, dándole el aspecto de labrado que habíamos estado buscando desde hacía semanas. Así que no hubo más que secar los residuos de polvo de vidrio, impregnar las barritas en pegamento y pasarlas a continuación, luego pintarlas y montarlas y el efecto era el deseado.
Paso de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Traspaso de la cofradía del Gran Poder de Sevilla, (Maqueta del Equipo de Eloy para la Pza. de San Lorenzo de Sevilla Cuaresma de 1994)
Otra cosa que ocurrió también asi, fue cuando tuve que hacer una antena parabólica para uno de los tejados de la Plaza de la Merced. la verdad es que me estaba devanando los sesos para ver con que material confeccionar la dichosa antena y que quedase con las proporciones perfectas y lo más real posible. Así estaba, pensando, cuando me fijé que sobre el banco de carpintero, donde estaba fijado el motor con la piedra de amolar para afilar la cuchillas y los formones, ví una lata de refresco a la que alguien, probablemente un compañero del taller de la óptica que había subido a afilar alguna herramienta de abajo y, seguramente por hacer algo de tiempo, le había cortado la base. Ahí fue donde me fijé; en la base cortada de la lata, tenía la forma y el tamaño justo de la antena parabólica que tenía que confeccionar.
Otra historia al uso de las demás fue cuando Pedro Millán, fue a tirar algunos desperdicios al contenedor y encontró una caja llena de relojes digitales. Aparentemente ninguno funcionaba, pero se le ocurrió desmontar uno para ver el por qué no funcionaba, al abrirlo, encontró una bombillita diminuta que era la que iluminaba el reloj en la oscuridad cuando se pulsaba el botón. Sacó la bombillita, le puso una pila de 1.5 voltios y se encendió; no solo la bombillita en cuestión sino la idea. Esas bombillitas podían tener mucho juego en las miniaturas. Efectivamente, las bombillitas pasaron a ser la luz de velas de candelerías de tronos, de cirios, de arbotantes...
Halo de luz de la Virgen de Servitas una de las multiples aplicaciones de la bombillitas de los relojes digitales (Foto de la restauración de 2008)
Lo único que ocurrió es que eran bastante escasas para todo lo que queríamos hacer con ellas. Afortunadamente, se nos ocurrió preguntar en los bazares de los alrededores de Trinidad Grund, y empezaron a traernos estos relojes, que ya no funcionaban y que iban a terminar en la basura para sacarles las bombillas. El exito fue sonado pues en unos meses teníamos casi todas las cofradías y tronos equipados con sus luces. Algo que hasta la fecha y en minitruras del tamaño de las nuestras, nadie ha conseguido.
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