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lunes, 8 de febrero de 2010

LOS MIEMBROS DEL EQUIPO (II) FERNANDO LÓPEZ PASCUAL

Toca ahora el turno a otro de los miembros del Equipo que si era profesional de la materia en la que trabajaba, aunque, eso sí, salvando las distancias.

Fernándo en sus labores como pintor del Equipo. Año de 1991


Fernando López Pascual, trabajó desde el principio con Eloy. Pintor profesional de corriente hiperrealista, tuvo como maestro a Alfonso de la Torre, aunque como él siempre confesó y confiesa, casi todo lo ha aprendido por si mismo. Aunque nunca ha sido un pintor de los que se puede considerar comercial, si tiene un buen nombre dentro de los pintores actuales de nuestra Málaga. Posee una técnica muy elaborada con una ejecución magnífica que hace dudar en todos sus trabajos cuando se ven sin entrar en mucho detalle, de si lo que se está viendo es una fotografía o una pintura (Como ejemplo baste contemplar uno de los estandartes de via-crucis de la cofradía de los dolores del Puente). Con este bagaje "aterrizó" en el año 1987 como colaborador en las Miniaturas de Eloy presentando los fondos pintados delante de los cuales se exponían las procesiones. (Algunos de estos fondos pude recuperarlos para las exposiciones de Feria Cofrade en 2008 y 2009). Cuando en 1989 se empezó a gestar el Equipo que llegó hasta la culminación en 1995, Fernando fue uno de sus primeros miembros. A él se debe toda la pintura de las maquetas de edificios desarrollados en esa época, así como la de los diversos monumentos y mobiliario urbano que poco a poco fue conformando la ciudad en miniatura que servía de escenario a las procesiones. De especial relevancia son la infinita cantidad de detalles en las fachadas, como la imitación de zócalos de mármol, o la ejecución de lo que podríamos llamar "el paso del tiempo" en fachadas y puertas, imitando desde desconchones al oxido de algún aplique metálico, manchas de humedad o las "gracias" de un perro en una esquina. Todo hecho con una maestría tal que era exacto a lo que se podía ver en la realidad. (En la restauración me lo ha puesto bastante difícil a la hora de tener que volver a realizar alguno de estos detalles, afortunadamente, trabajando al lado de él se aprendían algunas cosas, aunque, la verdad sea dicha, no era muy dado a explicarte cosas, pero bastaba con observarle para aprender).
Una anécdota que recuerdo especialmente fue cuando se estaban haciendo las maquetas de las casas de la Coracha, concretamente la casa que estaba donde hoy puede encontrarse el Museo y que era de color amarillo (Esta casa había sido un antiguo cuartel de carabineros). Fernando había terminado de pintarla y Antonio G. Infante la estaba viendo para darle el visto bueno. Pero a Antonio, el color no acababa de gustarle diciéndole a Fernando que debía oscurecerla algo más, sin embargo Fernando decía que no, que ese era el color. Se enzarzaron en una discusión acerca del color que debía tener la casa, de tal suerte que Fernando perdió los nervios y tomando el recipiente de agua donde limpiaba los pinceles, arrojó el contenido (agua sucia) a la casa. Antonio prefirió quitarse de en medio y Fernando continuó con el cabreo. Los demás, que habíamos intentado poner paz, nos quedamos algo desconcertados, y después nos pusimos a limpiar la mesa y el suelo de toda el agua sucia que había salpicado. Ninguno nos atrevimos a tocar la casa pues pensábamos que al pasar sobre ella un trapo para secarla, nos llevaríamos la pintura, así que la dejamos. Pasados unos minutos, la casa estaba seca. Antonio había ido a buscar a Eloy para comentarle el incidente y Fernando se había puesto con otros menesteres. Eloy tomó una foto para comparar el color con la maqueta y le dijo a Antonio que cual era el problema. Infante miró la casa, miró la foto, se levantó las gafas, volvió a mirar con cara de incredulidad la casa y la foto, nos preguntó si Fernando después de tirarle el agua por encima, le había hecho algo más a la maqueta, le dijimos que no. Fernando apareció en escena dispuesto a retomar la discusión, pero entonces Antonio dijo riéndose: -¡Hay que ver como es el "tío" este! Se pone a discutir conmigo para fingir que se ha cabreado y al final le tira el agua sucia para conseguir el efecto este, -Infante señaló la casa indicando a todos,- ¡mirad!
Todos nos quedamos estupefactos, la casa estaba perfecta, incluso, el agua, le había dado un curiosísimo efecto de suciedad en los cristales, que se correspondía con la realidad casi milimétricamente.

Fernando miró a Antonio, luego a nosotros y empezó a reírse.
Resumiendo aquello no fue más que una de las genialidades de nuestro pintor.



La casa de la disputa


Actualmente Fernándo López Pascual sigue desarrollando su trabajo como pintor celebrando exposiciones de gran exito periódicamente.

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