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lunes, 16 de febrero de 2009

EL TRABAJO DE RESTAURACIÓN




Cuando comencé los trabajos de restauración de las Miniaturas allá por agosto de 2007, mi principal preocupación era saber el estado en que se encontraban la mayoría de las piezas y las huellas que el tiempo había dejado en ellas. Antes de comenzar a ver nada, intuía que las ultimas piezas creadas estarían, por supuesto, en mejor estado que las realizadas en los primeros tiempos. Mis principales preocupaciones eran La Catedral y las murallas de Gibralfaro y la Alcazaba, las cuales sabía habían sido arrancadas literamente del monte de escayola que con tanto esfuerzo habíamos realizado y en el que habían intervenido personas como Don Francisco Cobo (q.e.p.d.) y Don Manuel Pineda Barroso. Aquel Gibralfaro con sus árboles desapareció a golpe de piqueta en aquel aciago momento en que hubo que prescindir de las exposiciones. Golpes que no solo acabaron con aquel monte de escayola sino con una parte de nuestra vida dejada en aquel monte.



Los árboles de Gibralfaro se encontraba en las mismas cajas en las que yo los había guardo, en total seis y no parecían esta muy deteriorados , el problema eran los restos de lienzos de murallas y torreones que anarquicamente se encontaban en varias cajas sin mucha protección en las que aparecían mezclados partes ded la alcazaba y del castillo sin ninguna identificación o numeración (no fui yo el encargado de retirar estas piezas y mucho menos de embalarlas, además mi memoria no me da para acordarme que miembro del equipo se encargó de tal menester, pero seguramente no pensara en que con el tiempo las murallas de ambos monumentos iban a reconstruirse). La restauración sería laboriosa y, como de momento un nuevo monte de gribralfaro no iba a construirse, centré mis investigaciones en la fachada de la Catedral y en la torre. La construcción databa de 1987 (habían pasado la friolera de 20 años) y junto con el resto de la Catedral (año 1988) había sido desmenbrada y vuelta a unir al menos cuatro veces. La Primera fue en el año 1992 para llevarla al parque de atracciones Tivoli de Benalmadena Costa, donde se expuso despues de la Semana Santa de ese año. Luego salió de Tivoli hacia la Expo de Sevilla en el mismo año y estuvo expuesta allí desde agosto a octubre. Se volvió a desmontar y volvió a Málaga a la sala de exposiciones de C/. Trinidad Grund, lugar por otra parte que había ocupado desde 1988 cuando se ensambló por primera vez la fachada con el resto del monumento y se ubicó en un lugar que se consideraba definitivo, por tanto para cada montaje y desmontaje se había tenido que cortar en seis grandes partes diferentes y otras de menor tamaño, y vuelta a montar; lo que había supuesto un importante deterioro y desajuste de las piezas.



Para la Primera Feria Cofrade de Andalucía, Eloy me había pedido que montara C/. Larios, con piezas bastante bien conservadas (data de 1995) y la fachada de la Catedral. Tras una primera comprobación pude constatar que la fachada no presentaba muchos desperfectos, salvo unas grietas no muy pronunciadas en la escalinata principal, Así que tras una exahustiva limpieza procedí a su montaje y al ensamblaje de la torre que tambien estaba aparentemente bien conservada. Cuando me dedicaba a estos menesteres, no pude por menos que pensar que estaba hacíendo una labor casi de arquelogía, aunque con una ligera ventaja sobre los trabajos propiamente dichos de arqueología, yo sabía perfectamente el aspecto y el lugar que debía ocupar cada pieza pues durante más de cinco años había convivido con ellas día por día. Es como si para hacer la restauración de la Capilla Sixtina se hubiese contado con el mismimisimo Michelangelo Buonarotti. (no por su talla como artísta, al cual no me estoy comparando pues no le llego ni a la altura del betún, sino por el conocimiento de la obra).

Grietas en la escalinata principal de la Catedral


Tras la exposición de la primera Feria Cofrade vinieron los problemas. El propio peso de la fachada de la Catedral, al no tenre el resto de la misma para apoyarse, habia cedido hacia atrás, haciendo que las grietas de la escalinata se marcasen todavía más que antes de la primera restauración y la propia fachada amenazaba con derrumbarse. La primera intervención de urgencia fue colocar unos tacos de madera en el interior para que el alzado de la propia fachada descansase sobre ellos y no se derrumbase. Despues, y frenado esto, estudié cual podría ser la forma más adecuada de subsanar el problema con efectividad mientras se esperaba que la Catedral se volviera a ensamblar completa. Así que determiné colocar unos puntales en la parte trasera que la apoyarían y evitarían su caida. Hasta su reconstrucción completa y ubicación definitiva.
Puntales (en color verde) que sostienen la fachada de la Catedral


Ocurre que al igual que la Catedral, hay otras cosas como los ya mencionados el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba que solamente se prodrán restaurar al completo cuando exista una ubicación definitiva que de momento no tengo.



Ahora, y volviendo al Personaje antes mencionado, Michelangelo, y en esa obra maestra del cine titulada "El Tormento y el Extasis" cuando Julio II (Rex Harrison) le preguntaba: -"¿Cuando acabarás?" Michelangelo (Charlton Heston), respondía: -"¡Cuando termine!" En mi caso la respuesta es clara: -Acabaré cuando tenga un lugar donde poder terminar y, todavía no lo tengo.




2 comentarios:

Dancairo dijo...

De nuevo me alegra leer tus explicaciones sobre cómo va el proceso de restauración de las miniaturas y que estas marchan bien, aún con las dificultades que conllevan. Sin duda que debe ser un trabajo arduo y complicado, pero que quien mejor que alguien que las conoce bien puede llevar a cabo. Aún sigo sin explicarme,siento parecer pesado, que estas miniaturas no reciban la atencion que merecen por parte de quienes deben, pues son parte de nuestra historia y porque son el mejor modo de enseñar a las nuevas generaciones nuestra semana santa y nuestra ciudad tal y como era (o pudo ser en algunos casos) en aquellos años que estuvo expuesta. Para no dar muchos rodeos, como otras muchas otras cosas, no comprendo como estas miniaturas no acaban en el futuro (por decir algo, porque es futuro desde los 90) Museo de las Cofradías.
Por otro lado, me ha sorprendido gratamente la referencia que has hecho a una persona entrañable y de un recuerdo imborrable para mi como era Paco Cobos. Paco era padre de uno de mis mejores amigos, Alberto, y nuestras familias estuvieron hasta su muerte muy ligadas. Tuve la suerte de colaborar con él en el proceso completo de montaje de su último belén en la escalinata del ayuntamiento y de ayudarle en infinidad de cruces de mayo o en aquella cofradía que creó de la nada...Nueva Esperanza. Sin duda que dicen que las cosas no suceden por casualidad...
Animo en tu labor Enrique. Algun día el esfuerzo tendrá su recompensa y tarde o temprano tendrás que montar la Catedral y Gibralfaro en ese emplazamiento definitivo.
Un saludo.

Enrique Godino Sánchez dijo...

Gracias Dancairo una vez más, no encuentro palabras para expresarte mi agradecimiento. Desconocía que tuvieses contacto con el GRAN Paco Cobos un hombre del que aprendí muchísimo en el tiempo en que fui su ayudante mientras confeccionabamos el Monte de Gibralfaro y una de las mejores personas que jamás he conocido. Respecto a lo del Museo de las Cofradías, no eres el único que ha sugerido que sería su emplazamiento. Pero me temo que el museo como tal, no ha sido concebido para albergar una colección del tipo y envergadura de las Miniaturas de Eloy sino que está concebido para exponer otras cosas. Con respecto al emplazamiento definitivo..., ahora me resulta un poco complicado hablar del mismo. Pero espero que todo vaya bien y pueda ofrecer en breve buenas noticias al respecto.