Cuando comencé los trabajos de restauración de las Miniaturas allá por agosto de 2007, mi principal preocupación era saber el estado en que se encontraban la mayoría de las piezas y las huellas que el tiempo había dejado en ellas. Antes de comenzar a ver nada, intuía que las ultimas piezas creadas estarían, por supuesto, en mejor estado que las realizadas en los primeros tiempos. Mis principales preocupaciones eran La Catedral y las murallas de Gibralfaro y la Alcazaba, las cuales sabía habían sido arrancadas literamente del monte de escayola que con tanto esfuerzo habíamos realizado y en el que habían intervenido personas como Don Francisco Cobo (q.e.p.d.) y Don Manuel Pineda Barroso. Aquel Gibralfaro con sus árboles desapareció a golpe de piqueta en aquel aciago momento en que hubo que prescindir de las exposiciones. Golpes que no solo acabaron con aquel monte de escayola sino con una parte de nuestra vida dejada en aquel monte.
Los árboles de
Gibralfaro se encontraba en las mismas cajas en las que yo los había guardo, en total seis y no parecían esta muy deteriorados , el problema eran los restos de lienzos de murallas y torreones que
anarquicamente se
encontaban en varias cajas sin mucha protección en las que aparecían mezclados partes
ded la alcazaba y del castillo sin ninguna identificación o numeración (no fui yo el encargado de retirar estas piezas y mucho menos de embalarlas, además mi memoria no me da para acordarme que miembro del equipo se encargó de tal menester, pero seguramente no pensara en que con el tiempo las murallas de ambos monumentos iban a reconstruirse). La restauración sería laboriosa y, como de momento un nuevo monte de
gribralfaro no iba a construirse, centré mis investigaciones en la fachada de la
Catedral y en la torre. La construcción databa de 1987 (habían pasado la friolera de 20 años) y junto con el resto de la
Catedral (año 1988) había sido
desmenbrada y vuelta a unir al menos cuatro veces. La Primera fue en el año 1992 para llevarla al parque de atracciones
Tivoli de
Benalmadena Costa, donde se expuso
despues de la
Semana Santa de ese año. Luego salió de
Tivoli hacia la
Expo de
Sevilla en el mismo año y estuvo expuesta allí desde agosto a octubre. Se volvió a desmontar y volvió a
Málaga a la sala de exposiciones de C/. Trinidad
Grund, lugar por otra parte que había ocupado desde 1988 cuando se ensambló por primera vez la fachada con el resto del monumento y se ubicó en un lugar que se consideraba definitivo, por tanto para cada montaje y desmontaje se había tenido que cortar en seis grandes partes diferentes y otras de menor tamaño, y vuelta a montar; lo que había supuesto un importante deterioro y desajuste de las piezas.
Para la
Primera Feria Cofrade de Andalucía,
Eloy me había pedido que montara C/.
Larios, con piezas bastante bien conservadas (data de 1995) y la fachada de la Catedral. Tras una primera comprobación pude constatar que la fachada no presentaba muchos desperfectos, salvo unas grietas no muy pronunciadas en la escalinata principal, Así que tras una
exahustiva limpieza procedí a su montaje y al ensamblaje de la torre que
tambien estaba aparentemente bien conservada. Cuando me dedicaba a estos menesteres, no pude por menos que pensar que estaba
hacíendo una labor casi de
arquelogía, aunque con una ligera ventaja sobre los trabajos propiamente dichos de arqueología, yo sabía perfectamente el aspecto y el lugar que debía ocupar cada pieza pues durante más de cinco años había convivido con ellas día por día. Es como si para hacer la restauración de la Capilla
Sixtina se hubiese contado con el
mismimisimo Michelangelo Buonarotti. (no por su talla como
artísta, al cual no me estoy comparando pues no le llego ni a la altura del betún, sino por el conocimiento de la obra).
Grietas en la escalinata principal de la CatedralTras la exposición de la primera Feria Cofrade vinieron los problemas. El propio peso de la fachada de la Catedral, al no tenre el resto de la misma para apoyarse, habia cedido hacia atrás, haciendo que las grietas de la escalinata se marcasen todavía más que antes de la primera restauración y la propia fachada amenazaba con derrumbarse. La primera intervención de urgencia fue colocar unos tacos de madera en el interior para que el alzado de la propia fachada descansase sobre ellos y no se derrumbase. Despues, y frenado esto, estudié cual podría ser la forma más adecuada de subsanar el problema con efectividad mientras se esperaba que la Catedral se volviera a ensamblar completa. Así que determiné colocar unos puntales en la parte trasera que la apoyarían y evitarían su caida. Hasta su reconstrucción completa y ubicación definitiva.
Puntales (en color verde) que sostienen la fachada de la CatedralOcurre que al igual que la Catedral, hay otras cosas como los ya mencionados el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba que solamente se prodrán restaurar al completo cuando exista una ubicación definitiva que de momento no tengo.
Ahora, y volviendo al Personaje antes mencionado, Michelangelo, y en esa obra maestra del cine titulada "El Tormento y el Extasis" cuando Julio II (Rex Harrison) le preguntaba: -"¿Cuando acabarás?" Michelangelo (Charlton Heston), respondía: -"¡Cuando termine!" En mi caso la respuesta es clara: -Acabaré cuando tenga un lugar donde poder terminar y, todavía no lo tengo.