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miércoles, 18 de febrero de 2009

EL MOVIMIENTO DE LOS TRONOS

En 1989 se dotó por primera vez de movimiento a algunos tronos dentro de la Maqueta. El movimiento era tan solo de "mecida" y se conseguía mediante un artilugio bastante rudimentario, pero a la vez muy efectivo. Se trataba de un motor giratorio con giro de bajas revoluciones que se colocaba bajo la base de la maqueta y que se atornillaba a esta misma. en el eje se le colocaba una rueda excéntrica a la que se insertaba un cable de acero cuyo otro extremo se unía a un eje que se colocaba en la parte inferior del trono y se pasaba por un corte practicado en la misma base de la maqueta y que quedaba oculto bajo la base metálica del trono (Se trataba de una chapa de hierro donde se pegaba el trono con los portadores). Este eje del trono se unía a un muelle de "recuperación" el cual después de la tracción ejercida por el cable de acero por el movimiento de la "excéntrica", devolvía al trono a su posición inicial. Este movimiento continuo de vaivén hacía el efecto de la mecida del trono. Para que el trono , a consecuencia de ese movimiento no tuviese oscilaciones, "cabeceos" o giros, el artilugio se completaba insertando en la base de la maqueta cuatro ruedas acanaladas paralelas de dos en dos colocadas en sentido transversal, que quedaban ocultas bajo la base del trono. En el canal de las ruedas se encajaban dos varillas de latón que iban pegadas por la parte inferior a la base del trono lo que impedía anomalías en la trayectoria de la mecida, dando así un efecto de realidad bastante logrado.

Fig. 1 A Trono. B Motor de bajas revoluciones. C Excéntrica. D Cable de Acero. E Eje del trono. F Muelle de Recuperación. G Ruedas acanaladas y ejes guía de control de desplazamiento y H Mesa de la Maqueta.





Fig.2 Parte inferior del trono A Placa base de hierro. B Ruedas Acanaladas. C Ejes guía de control de desplazamiento. D Ejes de las ruedas. E Eje del trono.



El efecto era más espectacular si el trono se situaba en una calle en la que se viera de frente y tuviese edificios a derecha y a izquierda, si a esto se añadía que el trono era de una virgen y las barras de palio del mismo , en lugar de barras rígidas, se sustituían por muelles, se conseguía el cimbreo del palio de manera espectacular. Esto lo logramos con el trono de María Santísima del amor de la Cofradía de "El Rico" situándolo en medio de calle Císter.

Trono de María Santísima del Amor durante el proceso de restauración en Mayo de 2008

Este fue tan sólo el inicio de los movimientos que tendrían las Miniaturas, en años sucesivos los movimientos se fueron complicando, a medida que se hicieron más espectaculares. Alcanzando su culminación en el año 1994 con la presentación de la Plaza de Uncibay, la cual fue dotada de movimientos en algunos edificios que aparecían y desaparecían y la plaza en si misma que cambiaba el aspecto gracias a algunos ingenios todos , como el descrito, de confección artesanal. Pero eso será ya motivo de otra entrada.



Nota: Las figuras 1 y 2 de esta entrada, son esquemas realizados con el ordenador, no tienen mucha calidad, pero creo que ilustran el funcionamiento del artilugio de manera que pueda comprenderse mejor.



lunes, 16 de febrero de 2009

EL TRABAJO DE RESTAURACIÓN




Cuando comencé los trabajos de restauración de las Miniaturas allá por agosto de 2007, mi principal preocupación era saber el estado en que se encontraban la mayoría de las piezas y las huellas que el tiempo había dejado en ellas. Antes de comenzar a ver nada, intuía que las ultimas piezas creadas estarían, por supuesto, en mejor estado que las realizadas en los primeros tiempos. Mis principales preocupaciones eran La Catedral y las murallas de Gibralfaro y la Alcazaba, las cuales sabía habían sido arrancadas literamente del monte de escayola que con tanto esfuerzo habíamos realizado y en el que habían intervenido personas como Don Francisco Cobo (q.e.p.d.) y Don Manuel Pineda Barroso. Aquel Gibralfaro con sus árboles desapareció a golpe de piqueta en aquel aciago momento en que hubo que prescindir de las exposiciones. Golpes que no solo acabaron con aquel monte de escayola sino con una parte de nuestra vida dejada en aquel monte.



Los árboles de Gibralfaro se encontraba en las mismas cajas en las que yo los había guardo, en total seis y no parecían esta muy deteriorados , el problema eran los restos de lienzos de murallas y torreones que anarquicamente se encontaban en varias cajas sin mucha protección en las que aparecían mezclados partes ded la alcazaba y del castillo sin ninguna identificación o numeración (no fui yo el encargado de retirar estas piezas y mucho menos de embalarlas, además mi memoria no me da para acordarme que miembro del equipo se encargó de tal menester, pero seguramente no pensara en que con el tiempo las murallas de ambos monumentos iban a reconstruirse). La restauración sería laboriosa y, como de momento un nuevo monte de gribralfaro no iba a construirse, centré mis investigaciones en la fachada de la Catedral y en la torre. La construcción databa de 1987 (habían pasado la friolera de 20 años) y junto con el resto de la Catedral (año 1988) había sido desmenbrada y vuelta a unir al menos cuatro veces. La Primera fue en el año 1992 para llevarla al parque de atracciones Tivoli de Benalmadena Costa, donde se expuso despues de la Semana Santa de ese año. Luego salió de Tivoli hacia la Expo de Sevilla en el mismo año y estuvo expuesta allí desde agosto a octubre. Se volvió a desmontar y volvió a Málaga a la sala de exposiciones de C/. Trinidad Grund, lugar por otra parte que había ocupado desde 1988 cuando se ensambló por primera vez la fachada con el resto del monumento y se ubicó en un lugar que se consideraba definitivo, por tanto para cada montaje y desmontaje se había tenido que cortar en seis grandes partes diferentes y otras de menor tamaño, y vuelta a montar; lo que había supuesto un importante deterioro y desajuste de las piezas.



Para la Primera Feria Cofrade de Andalucía, Eloy me había pedido que montara C/. Larios, con piezas bastante bien conservadas (data de 1995) y la fachada de la Catedral. Tras una primera comprobación pude constatar que la fachada no presentaba muchos desperfectos, salvo unas grietas no muy pronunciadas en la escalinata principal, Así que tras una exahustiva limpieza procedí a su montaje y al ensamblaje de la torre que tambien estaba aparentemente bien conservada. Cuando me dedicaba a estos menesteres, no pude por menos que pensar que estaba hacíendo una labor casi de arquelogía, aunque con una ligera ventaja sobre los trabajos propiamente dichos de arqueología, yo sabía perfectamente el aspecto y el lugar que debía ocupar cada pieza pues durante más de cinco años había convivido con ellas día por día. Es como si para hacer la restauración de la Capilla Sixtina se hubiese contado con el mismimisimo Michelangelo Buonarotti. (no por su talla como artísta, al cual no me estoy comparando pues no le llego ni a la altura del betún, sino por el conocimiento de la obra).

Grietas en la escalinata principal de la Catedral


Tras la exposición de la primera Feria Cofrade vinieron los problemas. El propio peso de la fachada de la Catedral, al no tenre el resto de la misma para apoyarse, habia cedido hacia atrás, haciendo que las grietas de la escalinata se marcasen todavía más que antes de la primera restauración y la propia fachada amenazaba con derrumbarse. La primera intervención de urgencia fue colocar unos tacos de madera en el interior para que el alzado de la propia fachada descansase sobre ellos y no se derrumbase. Despues, y frenado esto, estudié cual podría ser la forma más adecuada de subsanar el problema con efectividad mientras se esperaba que la Catedral se volviera a ensamblar completa. Así que determiné colocar unos puntales en la parte trasera que la apoyarían y evitarían su caida. Hasta su reconstrucción completa y ubicación definitiva.
Puntales (en color verde) que sostienen la fachada de la Catedral


Ocurre que al igual que la Catedral, hay otras cosas como los ya mencionados el Castillo de Gibralfaro y la Alcazaba que solamente se prodrán restaurar al completo cuando exista una ubicación definitiva que de momento no tengo.



Ahora, y volviendo al Personaje antes mencionado, Michelangelo, y en esa obra maestra del cine titulada "El Tormento y el Extasis" cuando Julio II (Rex Harrison) le preguntaba: -"¿Cuando acabarás?" Michelangelo (Charlton Heston), respondía: -"¡Cuando termine!" En mi caso la respuesta es clara: -Acabaré cuando tenga un lugar donde poder terminar y, todavía no lo tengo.




viernes, 13 de febrero de 2009

EN LA FICCIÓN ANTES QUE EN LA REALIDAD

Sucedió allá por la Cuaresma de 1989 cuando en la Óptica de Calle Trinidad Grund se abrió la exposición. Como siempre, el diario Sur publicaba una fotografía insólita. Un trono estába pasando por delante del entonces edificio de Correos. Se trataba de algo inédito en la Semana Santa de Málaga. Núnca aquel barrio había tenido cofradía y la imágen se antojaba extraña.


Como entonces yo no pertenecía al "mundo de las Miniaturas de Eloy Óptico" ( quedaban todavía algunos meses para que me incorporase al "Equipo de Eloy"), pude oir a algunas personas "muy doctas" ellas en nuestra Semana Santa que alardeando de sus "conocimientos", aseguraban que aquello no podía ser mas que una invención de Eloy (Posiblemente se tratase de algúnos "dannificados" de la Inocentada de la "Casa de la Cultura" que no querían volver a dejarse sorprender por otro montaje. Además pude oir algunos comentarios de alguien que decía que aquello era un " Trono de Sevilla"(¡?) que Eloy había puesto en aquel sitio de las Miniaturas.

Se trataba, como no, de la primera salida procesional del Sagrado Descendimiento discurriendo por las calles de su barrio y, claro está, Eloy se había vuelto a anticipar poniendo a más de un mes vista lo que el Viernes Santo de aquel año iba a acontecer. Supongo que aquellos "entendidos" se llevarían una gran sorpresa al contemplar la escena en la realidad; escena que, por otra parte, no sorprendió a los que en cierto modo estábmos de algún modo metidos en cofradías cuando la vimos representada en las Miniaturas pues sabíamos lo que iba a suceder.

Contraportada de los "libritos" de itinerarios editados por Eloy Óptico en la Semana Santa de 1990