LAS OTRAS MINIATURAS

Cuando las Miniaturas de Semana Santa de Eloy Óptico, empezaron a, por así decirlo, consolidarse; Eloy decidió hacer también en miniatura otro de los grandes acontecimientos de nuestra ciudad. Me refiero, como no a la Feria de Málaga.

La Historia consistía en cambiar dentro de las miniaturas el ambiente semana santero por el ambiente propio de la feria del centro, es decir, donde antes pasaban tronos, nazarenos, promesas, bandas de música, etc., pasarían caballistas, coches de caballos y personas ataviadas con los trajes típicos, sin olvidarnos de las pandas de verdiales y de algún grupo de "niñas" bailando por malagueñas. Los típicos biznagueros y los puestos de chumbos. En fin, la Málaga en miniatura se transformaba recreando, al igual que en la Semana Mayor, el ambiente de fiesta típico de nuestra Feria de Agosto.

Además del momento de la inauguración, con los cohetes, como ya he contado en una entrada anterior, también se recreaba el acto de entrega de la bandera en el Ayuntamiento al abanderado del año en cuestión y también la bajada de la virgen de la Victoria en carreta de bueyes desde el Santuario a la Catedral del año 1987, con motivo del 5oo aniversario de la incorporación de la ciudad a la corona de Castilla.

A este respecto, recuerdo una anécdota con el Sr. D. Pedro Aparicio, a la sazón Alcalde de la ciudad. Debía de ser en agosto de 1991. Al día siguiente de la Inauguración con motivo de la Feria, D. Pedro Aparicio, fue a visitar las miniaturas, de manera entre oficial y extraoficial. Recuerdo que era por la mañana y muy temprano, antes incluso de la apertura al público.

El día anterior Eloy había pedido dos voluntarios para estar allí temprano y prepararlo todo para la llegada del Alcalde. Nos ofrecimos Pedro Millán y yo para preparar y estar presentes si D. Pedro preguntaba alguna cosa.

Llegó acompañado de un cámara de canal 27 y de un fotógrafo, lo cual nos sorprendió porque se había dicho que no iba a haber cámaras pues la visita no era oficial. Pero al parecer Las cámaras las ponía él mismo.

el alcalde fue pasando por los diferentes lugares observando todo con detenimiento. Incluso se sonrió al ver su propia figura en la puerta del Ayuntamiento. Luego y antes de dirigirse a donde estaba la Carreta de los bueyes con la Virgen de la Victoria, encendió un cigarrillo. La Virgen estaba en calle Alcazabilla delante mismo del Teatro Romano, que ya habíamos reconstruido.

D. Pedro no sabía nada sobre este particular y cuando lo vio se sorprendió y quedó extasiado contemplándolo durante unos minutos. Tanto tiempo, que el cigarrillo que había prendido con anterioridad, casi se consume entero pues solo se lo había llevado a los labios para encenderlo.

La imagen recoge en momento en que D. Pedro Aparicio contempla extasiado la reconstrucción del Teatro Romano. (Por encima del palacio de la Aduana, asoman dos cabezas, la de la derecha es Pedro Millán y la otra soy yo.)

Nota: Aprovecho para dar la bienvenida al conjunto de los seguidores del blog a José Luis López Peralta. Seguimos creciendo. Gracias por incorporarte.